Soy  pintora.  Desde  hace 25  años vivo  como  pintora,  y  asumo  la  responsabilidad  de  la formación que acompaña y sostiene, no solo a la pasión sino también al pensamiento.

Ser artista no es una decisión, es una fuerza natural que surge desde el alma, silenciosa, imparable, dispuesta a dirigir nuestra vida con singularidad y con percepciones propias.

La música fue lo primero que tuve a mi alcance, comencé a tomar clases de piano antes de los cinco años. Me convertí en profesora, en melómana, y muy rápidamente entendí que disfrutaba más si me ubicaba del otro lado, en la butaca del espectador.

También accedí desde muy pequeña a la literatura, aprendí a leer y enseguida a devorar libros, a sentirme cómoda en bibliotecas vacías con olor a historias, o a navegar entre poesía. Naturalmente, junto al hábito de la lectura, desarrollé el de la escritura, una aventura en la que continúo inmersa.

Lau

Tomé clases de dibujo en mi infancia, pero en ese entonces no sabía que esa niña que dibujaba era yo en realidad. Cerca de los treinta años recién lo descubrí, desembarcó en mi vida con tal intensidad que no hubo espacio para nada más. Allí comenzó mi verdadera formación, me volqué por completo. Comprendí que no estaba encontrando una vocación o eligiendo una actividad a la cual dedicar mis días, había encontrado mi pasión; aunque en realidad, es la pasión la que nos elige, y cuando lo hace es avasallante, y la entrega es necesariamente absoluta.

En todo este tiempo, también fui cocinera, estudié y trabajé, escribí un libro y tengo otro en proceso, pero también viví mi amor por la cocina como artista, porque no se puede serlo en una faceta solamente.

Y le di un espacio enorme a mi familia, tuve el inmenso privilegio de poder hacerlo. Mi familia me sostiene, no soy sin ellos.

En los últimos años, otro mundo que siempre estuvo dentro mío está ganando espacio, la filosofía; un desafío que surge con fuerza, para nutrir mis otros mundos.

Por todo eso, por estas ansias permanentes de crecer, por las inquietudes que me habitan, sólo puedo definirme como una persona en construcción permanente.